A Nadie le gusta la soledad, la malteada tibia y el olor de los ceniceros viejos.
A Nadie le encanta estar en compañía de Nada y ambas adoran sumergirse en el silencioso vacío, mirándose frente a frente, haciéndose preguntas con los ojos.
Nada ni Nadie conocen el sentido de la vida, ambas disfrutan de su absoluta ligereza esparciéndose como esporas en el universo.
Nadie dice Nada cuando quiere compañía.
Nada grita ¡Nadie! cuando quiere escuchar su eco.
A Nada le gustan las palabras : polvo, viejo, años, canas, vacío, eco, silencio. Mientras que a Nadie le gustan las frases : sueños con tetas violeta, flores marchitas en forma de diamante, marcos de cera con pinturas roídas, sifones oxidados con pelos de sirvienta.
A Nada le cuesta despertarse en las mañanas. Nadie jamás madruga…
Ambas levitan entre sus cruces y se sorprenden al ver que a la hora del té, nada ni nadie las perturba.
xxx cambio y fuera xxx
Nada ni nadie me gusta más cuando leo.